William Katt siempre debió ser el padre de Junior en las anteriores, olvidandonos de John Ritter.
Ese es el punto a favor más grande que tiene está tercera entrega, la cual ya volvió su humor muchísimo más infántil al igual que la película en sí.
Sin Michael Oliver como protagonista, y con esté nuevo chico, estamos ante otra cosa distinta, que si hubiese sido más gamberra en su humor estaríamos ante otra cosa, pero quiso salirse hacia terrenos más ¨para todos los públicos¨ y sobre todo ¨para público infántil¨ y se fastidió todo.
Pudo ser mejor.
Black Metal
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William Katt siempre debió ser el padre de Junior en las anteriores, olvidandonos de John Ritter.
Ese es el punto a favor más grande que tiene está tercera entrega, la cual ya volvió su humor muchísimo más infántil al igual que la película en sí.
Sin Michael Oliver como protagonista, y con esté nuevo chico, estamos ante otra cosa distinta, que si hubiese sido más gamberra en su humor estaríamos ante otra cosa, pero quiso salirse hacia terrenos más ¨para todos los públicos¨ y sobre todo ¨para público infántil¨ y se fastidió todo.
Pudo ser mejor.
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